Existen
las marcas con valor y las marcas con valores que generan valor. Son marcas que
poseen el reconocimiento y lealtad de sus consumidores, y logran influenciar el
estilo de vida de las personas. Se convierten en el reflejo de su personalidad
y de sus aspiraciones de éxito y reconocimiento social.
La
diferencia entre estas marcas, se encuentra en la estrategia de comunicación
que cada una gestiona y que busca crear en la mente de sus clientes, una imagen
emocional que la vincule con la marca.
La
estrategia de comunicación está influenciada por la presión del mercado y la
orientación de su misión: ser parte del problema o de la solución en temas
determinantes para la sociedad como la globalización, el uso de la tecnología, la
sobre oferta, la competencia desleal, el cambio climático y las nuevas generaciones,
que viven con temor de un futuro incierto y con una escala de valores bastante
distorsionada.
El
objetivo es reflexionar sobre el lugar que ocupan las marcas en la sociedad. Visualizar
su futuro, su verdadero propósito e influencia y en nuestra responsabilidad
como gestores de la marca.
Marcas con valor
Las
Marcas con valor tienen un enfoque consumista. Su objetivo son las cuotas de
mercado, razón por la que apela a una comunicación constante y agresiva con un
alto contenido de inmediatez. Se posicionan en la mente del consumidor a través
de publicidad provocadora que usa imágenes explicitas de las debilidades y
expectativas de aceptación social para motivar la decisión de compra.
AXE
la marca de desodorantes del grupo Unilever, motiva a su target (hombres entre
los 14-30) a usar la marca para seducir a mujeres hermosas y aparentemente
inalcanzables.
Su
mensaje está enfocado en mostrar como el efecto Axe, logra que hombres comunes sean
parte del “selecto grupo” de hombres altamente aceptados entre las mujeres:
atractivos, seductores, brillantes, exitosos, “que
quiere tener todo bajo control”.
La
marca apela al código social de la no aceptación: la frustración. Así llega al
inconsciente para motivar la compra, y que funciona en una sociedad con
demasiadas carencias socio-emocionales. Logra convencer al público que la
realidad es que somos seres frustrados, que necesitamos los paliativos que la
marca ofrece para ser felices.
Este
tipo de publicidad de instintos e inmediatista, hace que sea necesario para la
marca, reforzar periódicamente el mensaje del código que ha elegido, porque la
sensación de satisfacción del consumidor es pasajera, pronto se encuentra en
“su realidad.” En el caso de Axe, cada nuevo lanzamiento es periódico, asumo que
debe estar marcado por un descenso de las ventas.
Cada
nueva versión del mismo producto, es más atrevida, retadora e irreverente que
la anterior. Ha pasado de hacer creer que te pueden desear como a un chocolate
(un consumible) a lograr conquistar a los ángeles del cielo. Esta última, que
atenta contra los códigos morales, religiosos y sociales de grupos de interés importantes,
fomenta aún más la pérdida de valores de la juventud.
Sensatamente
ninguna marca debería ignorar a ningún stakeholder si aspira a convertirse en
una marca generacional, como es el caso de Rexona, también del grupo Unilever.
Consecuente
con su mensaje, AXE refuerza el concepto negativo de la mujer objeto,
degradando su lugar en la sociedad. Puede sonar extremista, pero cuando el
mensaje es tan claro al decir que cualquier cantidad de mujeres sin importar su
condición, cederán a los deseos simplemente por responder a un instinto animal
y olfativo. Degrada la capacidad intelectual, moral y social de la mujer dentro
de la sociedad.
Vivimos
tiempos difíciles dónde no es válido, ni sensato fomentar como única opción, “comprar
el efecto inmediato para suplir una supuesta carencia”. La responsabilidad
social de las marcas es un asunto serio. No se puede contribuir a la decadencia
de la sociedad, a la pérdida de los valores, porque esta nueva generación es el
futuro, un futuro que puede ser lleno de luz o uno en la más densa oscuridad.
Este
es solo uno de los aspectos negativos en la gestión de las marcas pro-cuota de
mercado. Se están convirtiendo en marcas ocasionales y fácilmente reemplazables,
con consecuencias negativas en el engranaje socio-económico y que nos afecta a
todos, sin distinción.
Marcas con valores que generan valor
Las
marcas que generan valor también se preocupan por las cuotas de mercado, pero
siguen fieles a sus principios, a la coherencia de su mensaje, a su relación
constructiva con la sociedad y por supuesto, a la calidad y fiabilidad de sus
productos.
Son
marcas que poseen un apego generacional envidiable. Están posicionadas en el
corazón de sus consumidores y son un punto de referencia en actividades
socio-culturales. Si bien también apelan al subconsciente, a las emociones y
expectativas, utilizan la publicidad para dejar un mensaje positivo, siempre
social y moral que promueva un desarrollo saludable y sostenible.
Como
ejemplo tomemos a Coca-Cola, creo que el punto de referencia de la mayoría. En
el 2010 ocupó el primer lugar en el top
100 de las marcas más importantes que realiza Interbrand cada año: “Coca-Cola
lo logra casi todo. Su marca es promesa de diversión, libertad, su espíritu y
frescura resuena en todo el mundo, destacándose por mantener la marca fresca y
en constante evolución - todo esto, manteniendo al mismo tiempo la nostalgia
que refuerza la conexión profunda con los clientes de la marca. Para una
marca tan grande que opera con rapidez, flexibilidad y de forma innovadora, se
ha logrado adaptar a los mercados locales sin empañar su legado”
Y
es que no podemos olvidar casi ningún comercial de Coca-Cola. Todos nos hablan
de construir valores familiares y sociales: amistad, historias de vida,
camaradería, respeto, gusto por los deportes, romanticismo clásico, valores que
afectan positivamente nuestra mente, porque siempre estamos en la búsqueda de
bienestar. Es una marca con empatía; comparte nuestras expectativas, nuestros
sueños: “Hay razones para construir un mundo
mejor”
Ha
resultado tan positiva esta estrategia de comunicación, que ya cumplió
125 años posicionado en la mente de varias generaciones. Esto le ha permitido
sobrevivir los tiempos malos, porque las marcas también tienen tiempos malos,
reponiéndose sin empañar su legado, su mensaje, sin cambiarlo, reforzándolo hábilmente.
Interbrand
en su reporte, hace evidente la
importancia de gestionar positivamente las marcas: “Hoy,
debido a la desaceleración de la economía y el posterior restablecimiento de
las prioridades del cliente, las empresas deben ser más conscientes que nunca
de las muchas fuerzas subyacentes que impactan continuamente la fuerza de una
marca. Los negocios están cambiando, pero los principios de las marcas fuertes
siguen vigentes”
Interbrand recomienda que toda marca debiera gestionarse por 10
principios, que juegan un papel importante en la creación del verdadero valor
de marca.
1. Compromiso: El
grado en que la marca
cuenta con el apoyo en
términos de tiempo, influencia e inversión.
2. Protección: Protección jurídica:
registro de marca, patentes de formulación y de diseño de alcance y difusión global.
3. Claridad: Los valores de la marca, el posicionamiento
y su propuesta, se deben articular claramente y ser compartidos con toda la
organización con una visión clara de su público objetivo; la percepción de sus
clientes y los canales de comunicación.
4. Empatía: Es la habilidad de una marca de
identificarse con sus stakeholders, adaptarse a los cambios del mercado, retos
y oportunidades. Debe tener el deseo y la capacidad de evolucionar de forma
constante.
5. Autenticidad: El legado definido en un
mensaje único construido sobre un conjunto de valores bien fundamentados, y
orientado a un alto nivel de satisfacción objetiva y subjetiva.
6. Relevancia: Estima
que tan bien se adapta una marca a las necesidades y deseos del cliente a
través de criterios de decisión, fundamentados en grupos demográficos y
geográficos definidos.
7. Entendimiento: Debe
reconocer a los clientes de la marca y establecer un proceso de conocimiento
profundo de sus cualidades distintivas y características.
8. Coherencia: Este
indicador mide el grado con que se vive la promesa de marca con la experiencia
del cliente sin excepción en todos los puntos de contacto y formatos.
9. Presencia: Este
indicador mide el grado en que una marca se siente omnipresente y positiva ante
los consumidores, los clientes y líderes de opinión que debaten en los medios
tradicionales y en las redes sociales.
10. Diferenciación: Este
es el grado en que los clientes perciben que la marca tiene un posicionamiento
diferente de la competencia.
10 principios que contribuyen a gestionar marcas poderosas con
el verdadero valor de marca. La involucran positivamente en la cotidianidad, la
realidad de su entorno; esa que nos habla de hambre, cambio climático,
violencia social, desigualdad.
El verdadero valor de marca se reconoce en la capacidad que
tiene de integrarse a un sistema constructivo de sociedad, de ser parte de la
solución, con la certeza que los beneficios serán en doble vía; marcas
inclusivas dónde el bienestar común sea el común denominador.
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