Esta semana la viabilidad y
efectividad de las patentes sufrió un duro golpe, gracias a la negativa del
Tribunal de la India de otorgarle la patente a Glivec de Novartis, medicamento
para el tratamiento del cáncer. De esta experiencia salen varios aspectos que se pueden
considerar a partir de la gestión de marcas.
Primero, las marcas farmacéuticas están muy lejos de ser consideradas Lovemarks; concepto que para esta industria es irrelevante, pues miden su liderazgo en el negocio, no en el mercado, a partir de la adquisición de patentes.
Segundo, el tribunal tenía razón,
no es una innovación. Para ser innovación se necesitan tres condiciones
básicas que una estrategia de marca debe tener en cuenta:
- - Debe ser aplicable a múltiples situaciones competitivas
- - Debe ser superior a la competencia
- - Y la más importante: debe ser difícil de reproducir
Tercero, no se ha levantado ninguna voz solidaria, por supuesto, aparte del gremio, para apoyar a Novartis en este fallo desfavorable. Pero en cambio, entre los diferentes stakeholders, se proclama a viva voz la victoria de los genéricos.
Podemos comenzar preguntándonos, ¿qué
es más defendible legal y corporativamente, una marca o una patente? ¿El consumidor es
leal a una marca o una patente?
Este fallo tiene un contexto simbólico porque representa la voz del cliente final; el ciudadano de a pie que
sufre alguna enfermedad, tiene familiares o amigos enfermos y potencialmente se
encuentra en riesgo de padecer una enfermedad que además de dolorosa es costosa.
Este contexto hace que sea
irrelevante el valor del estudio científico, la efectividad de los
medicamentos, la trayectoria de la empresa, sencillamente porque en el
imaginario colectivo, Novartis es otra poderosa multinacional que se beneficia
del dolor humano. Y para la mayoría, los genéricos representan el súper héroe
que los salva y viene a aplastar al malvado explotador, además de aportar el
beneficio emocional al ayudar a recuperar la dignidad humana. Los genéricos se están
convirtiendo en un híbrido interesante de marca.
La neurociencia está demostrando
que las emociones tienen un papel muy importante en la construcción de valor a partir de la lealtad del consumidor
hacía las marcas. Y en el caso de Novartis, se entiende porque nadie ha salido a
apoyar la marca; sencillamente no tiene ninguna conexión emocional, no tiene
ninguna empatía con el público. Su único significado es ser un producto
que cubre una necesidad básica, y que cualquier otro (los genéricos) pueden
suplir.
Así las cosas, se
percibe que el mensaje de las marcas farmacéuticas es que la investigación se costea a precio
de vidas humanas.
Suena injusto porque es verdad
que los genéricos no tendrían mercado de no ser por la investigación realizada
por las marcas innovadoras, y no se salvarían muchas vidas. Pero demuestra
que entender la realidad del consumidor es lo que hace poderosa a una marca. Su
valor depende de la coherencia de la comunicación de sus valores, sus símbolos
y de cómo son interpretados por el público.
El valor de las marcas es igual a:
percepción + sentimientos + desempeño y se cultiva con valores humanos. Las
patentes se pelean en los tribunales, tienen una vigencia limitada y sólo le
interesa a los accionistas corporativos.
Veamos como Novartis está
manejando la crisis, recordando que en la estrategia de comunicación está la
clave para el posicionamiento, y que las relaciones estratégicas de una marca
deben afectar positivamente a todos los grupos de interés: proveedores,
consumidores, canales de distribución, partners entre otros, de lo contrario,
se ahondará más en la falta de credibilidad.
Apartes relevantes del Comunicado
de prensa de Novartis al que se le puede dar diferentes lecturas, ninguna
favorable para la marca por la ausencia de coherencia:
“Como mínimo 9 de cada 10 pacientes tratados
con Glivec en India, seguirán recibiendo el medicamento sin coste alguno, a
través de los programas de acceso de Novartis Oncología”
“…Novartis suministra Glivec sin coste a un
95% de los pacientes a los que se prescribe el medicamento en la India,
actualmente más de 16.000 pacientes. En el 5% restante de pacientes, el
medicamento está financiado, cubierto con seguro, o accesible a través de un
programa de copago”
La India tiene
una población de más de 1.200 millones de habitantes, donde se pronostica un
aumento en la incidencia de esta enfermedad entre el 78 y 93% según Christopher
Wild de IARC.
Como veíamos
antes, el entorno afectado por la enfermedad es bastante amplio, y
proporcionalmente, la cifra real de pacientes con algún tipo de cáncer debe ser
también alta, por lo que no resulta nada altruista, ni realista los 16.000
pacientes, frente al potencial de uso del medicamento.
Por otra parte,
y para los que somos la mayoría que desconocemos el proceso de I+D de un
medicamento, podemos asumir que no es tan generoso el que el programa Novartis
Oncología entregue el medicamento sin coste, pues se puede interpretar que esos
16.000 pacientes corresponden en porcentaje a
los 10.000 pacientes en 50 países que son parte de los mega estudios de
desarrollo de Novartis; es decir, no es cierto que sea gratis.
"Creemos firmemente que las patentes son la
salvaguardia de la innovación y alientan el progreso médico, particularmente en
las necesidades médicas no cubiertas. Esta sentencia es un revés para los
pacientes y dificultará el progreso médico para las enfermedades sin opciones
de tratamiento efectivas”
Las preguntas
que surgen son: qué salva vidas ¿la investigación con resultados positivos para
la salud y los ingresos de la compañía o el registro de una patente que
representa beneficios netamente económicos? ¿El incentivo para la innovación es
el valor por la vida o la garantía de ingresos exorbitantes?
Básicamente
suena a chantaje: O me das lo que quiero o se sigue muriendo la gente. El grito
de victoria a favor de los genéricos deja entrever que la percepción general es
sentir explotado el valor de la vida por intereses puramente económicos.
“Novartis AG (NYSE: NVS) proporciona
soluciones para el cuidado de la salud acordes con las necesidades de pacientes
y sociedades” “Cómo líder tanto en medicamentos innovadores como genéricos,
Novartis apoya la contribución de los genéricos a la mejora de la salud pública
una vez ha expirado la patente del medicamento”
Las necesidades
de los pacientes van más allá de la sintomatología de la enfermedad. Implica también
necesidades psicológicas, sociales y económicas que son consecuencia de la
enfermedad e inciden poderosamente en el éxito del tratamiento, siendo la accesibilidad
económica un factor relevante.
Las marcas deben
vivir la realidad humana. La época en que las marcas podían imponer su voluntad
al consumidor pertenece al pasado; la globalización, la tecnología y la
conciencia por la ética han contribuido en gran parte a este fenómeno. Ignorar
esta realidad, expone a marcas como Novartis a perder mercado en la medida en que
se incremente la crisis económica y el sentido social, cómo es el caso de la
India.
No es una gran
contribución a la mejora de la salud pública esperar 20 años o más a que venza
una patente para que pueda ser accesible a las personas de menos recursos. En
20 años se pierden muchas vidas. Y las marcas son responsables del equilibrio
socio económico, pues se lucran de la sociedad.
“En 2012 el Grupo logró una cifra de ventas
de 56.700 millones de dólares USD e invirtió, aproximadamente, 9.300 millones
de dólares…en actividades de I+D”
Creo que cuando
una marca se arriesga a publicar cifras, debe ser coherente con el público al
que se dirige. Es como un dicho popular que tenemos aquí: eso es contar monedas
delante de los pobres.
A grosso modo
tienen ganancias superiores al 60%, alcanzado por los precios exagerados de los
medicamentos que producen. Seamos sinceros, el presupuesto de I+D no es tan
alto como lo quieren hacer parecer, no es un mensaje que despierta la
solidaridad del público. Es lógico que se alegren por los genéricos, una
victoria que indiscutiblemente le pertenece a los pacientes.
Las relaciones estratégicas de la
marca no se pueden limitar. Y en el caso de las marcas farmacéuticas, se
concentran en los médicos, otorgándoles múltiples prebendas para que formulen sus
medicamentos, asignándoles el papel de vendedores, e ignorando al verdadero
cliente final, el paciente y por supuesto, sus verdaderas necesidades.
Cuando hay escasez de valores se
pierde el norte del porqué estamos aquí, todo pierde sentido y nada nos
satisface; es la razón por la que miles de productos invaden el mercado perdiendo
valor económico y social y arrastrándonos a una absurda disputa para
demostrar quién es más fuerte, a cualquier precio, así este sea la vida humana.
PD: Apple y Samsung podrían
considerar que es más valioso: desgastarse en los tribunales o invertir ese
presupuesto en mejorar la experiencia de la marca desde su fabricación (cliente
interno) hasta el cliente final.
Publicar un comentario
Gracias por contactar, en breve te responderé