Todos los días
tenemos la oportunidad de aprender de las estrategias de marcas que han logrado
posicionarse en la mente de los clientes. A través de su comunicación, su
gestión operativa, el lanzamiento de nuevos productos y en otros escenarios,
nos permiten retroalimentarnos de sus experiencias positivas y negativas, y que
a mayor o menor escala le aportan a nuestra gestión de marca.
Y en esta
oportunidad la manzana favorita de muchos, Apple nos ofrece una valiosa oportunidad
de recibir cátedra en estrategia de marca mostrándonos que ser pionero no es suficiente y que la ética en la estrategia de negocio es fundamental
para conservar a largo plazo la lealtad del cliente.
El rumor que Apple
lanzaría el iPhone 5C como la versión de bajo costo desató gran controversia
entre los que defienden a la marca y dicen que Tim Cook nunca lo presentó como
tal, sino que es una renovación del iPhone 5 y en los más escépticos, para
quienes solamente es un terminal reciclado de las versiones anteriores.
Expertos,
conocedores y aficionados, nos dejan claro que Apple es una marca que tiene el
poder de ser noticia, de crear controversia por las pasiones que despierta.
Percepción
La percepción es fundamental
al momento de diseñar la estrategia de comunicación de una marca; domina la
mente e influye poderosamente en la lealtad, respeto y apego por la marca. Pero
el reciente lanzamiento de Apple sugiere que ha olvidado esta máxima de la estrategia
de marca y se ha enfocado más en los números.
Resulta interesante
y particular que la mayoría de las publicaciones especializadas usen la frase
“parece que Apple…” para adelantar conclusiones que permitan entender las
decisiones de la marca. Es tanta la pasión que despierta que encuentra defensores
incondicionales dispuestos a ayudar al público comprender las razones del poco
interés de la marca en sus clientes.
Esto deja un claro
mensaje de lo que Apple espera dando rienda suelta a los rumores, y es permitir
que el público piense lo que quiera como estrategia de ventas basada en la
incertidumbre, y se olvide de lo que realmente es.
Toda esta controversia
viene porque la “percepción de un iPhone de bajo costo” no surgió de la nada.
Después del lanzamiento del iPhone 5 se esperaba que esta nueva versión con
carcasa plástica trajera consigo innovaciones y beneficios económicos para sus
clientes.
Basados en el
considerable descenso en sus ventas, era posible que se decidieran a lanzar una
versión low cost como el Galaxy Ace de Samsung. Pero resultó que no tenía
mayores novedades que las que tienen las marcas competidoras y su diferencia de precio en relación con el iPhone 5, se ubica en el rango de
precio del gadget de un año de antigüedad.
Estábamos seguros
que Apple conocía y entendía el mercado, y escuchaba las voces que pedían un
terminal más asequible que proporcionara algunos de los beneficios de autoexpresión
de la marca. Era lógico pensar que el lanzamiento de un producto bajo dos
esquemas; el iPhone 5S de alta gama y el iPhone 5C que con carcasa plástica, con
algunas mejoras y orientado al mercado de países emergentes, resultaría más
económico y cubriría está demanda.
Se percibía como si
Apple quisiera incursionar en el mercado de Low cost y no continuar perdiendo
participación en el mercado por cuenta del repunte de Android.
Al remitirnos a su publicidad es evidente que el Target objetivo del iPhone 5C son personas con mediano y
bajo poder adquisitivo, que deberían sentirse satisfechas porque Apple los había
puesto en su mira.
Pero no fue así, y
esta percepción negativa va llegando más lejos aún: los accionistas tan
relevantes para Apple, se están viendo afectados. La bolsa se hizo sentir con
un descenso en las acciones que al cierre de ayer había caído 12 puntos, hoy
lograba recuperar 8 puntos sin alcanzar aún, después de una semana, su rango de
USD$550. Nada prometedor para una empresa que se ha caracterizado por la
innovación.
El efecto señuelo
La percepción es de
incoherencia entre la oferta y su precio, que revela una estrategia de marca
bastante débil o demasiado pretenciosa de su posición en el mercado. Porque
como simples mortales, podríamos llegar a pensar que con los problemas que han
tenido en China por la reciente copia de sus tiendas entre otros temas, no
sería el lugar ideal para priorizar su mercado, especialmente porque es una
empresa que no domina los bajos costos.
Es como hacerse el harakiri en el país
campeón de la imitación absoluta, dónde hacer un producto de bajo coste con los
mismos beneficios funcionales es demasiado sencillo.
Pero esto va más
allá que simplemente una aspiración por el mercado low cost que garantiza el
volumen en ventas más que el margen.
El efecto señuelo
se da para manipular la decisión de compra, y en este caso el iPhone 5C vendría
a ser el señuelo con un alto despliegue de marketing que terminaría por llevar
a las comparaciones y así motivar la elección por el de gama alta, el
iPhone 5S, que se delata con solo leer su eslogan: “Mira más allá”.
La diferencia de
precio entre uno y el otro es de solo USD$100 lo que lleva a nuestra mente a
deducir que por esa pequeña diferencia, se puede obtener el de mejores
características y se conserva el estatus que la marca trae consigo; nuestra
necesidad de escalar en la pirámide social, tema antropológico.
Esto nos lleva a
deducir que Apple no ha pensado en sacar una versión Low Cost. Esta versión de iPhone
5C con su colorido y carcasa plástica, va en contraposición de lo que la gente
tiene grabado en la mente sobre lo que significa Apple con sus fondos blanco,
negro y plata y los materiales de alta calidad.
Su estrategia es continuar motivando la compra
de gama alta, hacer mella en el mercado de gama media y con la controversia,
lograr que el público continúe hablando de la marca. Bien dice el refrán: "Que
hablen bien o mal, pero que hablen"
Promesa de marca
El éxito de Apple
se ha basado en la promesa de simplicidad e innovación y su personalidad audaz,
diferente, irreverente, guerrera y desenvuelta, y muy preocupada de su imagen, algo
con lo que se identifica o se quiere identificar la mayoría de las personas.
Este nuevo Apple
refleja una promesa sobredimensionada y opuesta; es tímida, dependiente y nada
innovadora, reflejando poco interés en su imagen, que se presta para
comparaciones mordaces que van desde los zapatos Crocs hasta los Power Ranger.
La competencia le
está sacando provecho: Nokia Lumia es más específico en la “nueva innovación”: “Gracias
Apple, la imitación es el mejor cumplido” ha publicado en su muro de Facebook.
Deja mucho que
pensar que una marca se permita pasar de ser la número uno en innovación a ser
considerada una marca imitadora.
Ingresar al mercado Low Cost (De valor)
Ampliar la oferta para
un nuevo segmento es una estrategia que requiere ser muy bien pensada. Una
marca arriesga mucho si juega solo a “parecer”; prueba de ello es la
situación actual de iPhone 5C.
Pretender ofrecer
productos low cost después de estar liderando el mercado de alta gama, no es un
juego, hay demasiados riesgos para la marca.
Sus asociaciones pueden verse gravemente afectadas deteriorando el valor de marca y el
lanzamiento de nuevos productos. Siempre hay que considerar los parámetros
dentro de la estrategia para ingresar a un mercado opuesto, porque se corre un
alto riesgo de erosionar la marca al perder credibilidad.
La innovación de producto
se fundamenta en las necesidades y expectativas de las personas. Cuando la
orientación de la innovación parte de intereses privados, deja de ser
innovación para convertirse en un producto más que navega en océanos rojos de
competencia inescrupulosa y de muy bajos márgenes que disminuyen el valor de
marca.
La ética
Cuando una empresa
recurre a la manipulación del cliente para obligar la compra, significa que
tiene un problema ético, estratégico y de producto que tendrá consecuencias
negativas para el valor de sus marcas.
Esto sucede cuando
se comienza a abusar de la lealtad de sus clientes. Adrian Corvet de CNN en Expansión dice una frase que nos hace reflexionar sobre la estrategia de Apple: “En cada uno de sus eventos, sin embargo, la compañía siempre toma un
par de decisiones decepcionantes y deja fuera algunas funciones que debería
haber incluido”
Es difícil creer
que una empresa innovadora y de la envergadura de Apple, “olvide” incluir
funciones que hasta la competencia tiene. Así deja leer entre líneas que conoce
tan bien a sus fans, que no importa lo que haga, sus fans esperaran en largas
filas, aún con retraso en relación con las otras marcas, que Apple decida poner
estas funciones en una nueva versión de iPhone y cobrar por ellas como si
fueran una novedad.
Crear diferenciación
y preferencia basándose solo en atributos innovadores es definitivamente muy
complejo y desgastante. Apple y Samsung continúan su interminable guerra de
patentes que poco o nada interesa al consumidor final y si los deja inmersos en
un sinfín de estrategias manipuladoras que son destructivas para la marca y
para la sociedad.
Es todo un reto mantener una gestión de marca
transparente, constructiva e innovadora en valores, pero cuando se logra, los
beneficios perduran y se renuevan sin dificultad.
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